lunes, 11 de abril de 2011

ENCHILADAS VERDES DE POLLO CON QUESO Y FRIJOLES

Lunes 11 de Abril del 2011 

México ¡qué bonito es! De verdad que si, con sus mágicos recovecos en ciudades tanto antiguas como modernas. Me viene de inmediato a la mente la ciudad de Morelia en Michoacán, ciudad de cantera rosa que con la lluvia suelta un aroma que poniendo mucha atención puedo percibir hasta acá. También me puedo acordar de la hermosa “Guanajuato” que está saturada de añejo en sus callejones y de leyenda por todas partes. Hermosas playas y místicas montañas que permiten a uno respirar el mismísimo alma del aire y escuchar las voces cantantes de los antiguos dioses paganos de la América precolombina.
Más, y con todo el pesar de mi corazón, debo añadir que en México tenemos también miseria y decadencia y una nube negra que envuelve no el ambiente, pues esta es otra, sino la atmosfera anímica que se vive. En México existe un sabor y un dejo de tristeza y nostalgia por lo que “no somos”, y para finalizar, solo un consulado mexicano puede responder de una forma tan deprimente ante una situación de necesidad.
No seguiré encarrerándome en este sentido que estoy tomando porque desde mi primera publicación aclaré que no era mi intención denunciar ni promover ninguna acción, ni condenar de cualquier manera una institución, pero entonces ¿a qué voy con todo esto?
Resulta que hoy me levante como a eso de las 7:00 am y me dirigí a las duchas municipales para darme un baño, estaba atestado y saturado, parece que a toda la isla donde vivo le toca baño los lunes. De cualquier modo llegó mi turno y entré con mi toalla, mi champú, mi jabón y mi zacate y Salí bien limpio. Me vestí rápido y me dirigí a mi cuarto para recoger las cosas que podría necesitar; Pasaporte, las llaves, mi cartera porque ahí tengo el resto de mis identificaciones un par de golosinas pues hay una cajita llena de ellas en un rincón y mi computadora porque dentro de la agenda de hoy tenía programado destinar un rato a conectarme a internet a escribir (cosa que estoy haciendo justo ahora).
Me puse pues en camino a “La Nacion” situada en la parte sureste de París, allá me encontré con Bernard, el buen panadero que ha estado al pendiente de mi desde que me encontró la noche del 1 de Abril en la glorieta de “La Mariana” discerniendo si ahí pasaría la primera noche en Francia.
Bernard había salido de la ciudad algunos días y aunque el siempre pasa a verme, esta vez le ofrecí ser yo quien le visitara, de este modo a eso del cuarto para las diez, estaba llegando a su casa que está a solo un par de cuadras de la glorieta. Me invito de desayunar un té y pan, finalizando con galletas con mermelada. No era algo muy consistente y continuaba siendo en esencia del renglón piramidal de los cereales, sin embargo acallaba mi hambre y por el momento eso me resultaba suficiente. Hablamos largo rato de temas que iban desde su trayectoria laboral y el tiempo que transcurrió entre que Bernard era el joven panadero para convertirse en el hombre retirado y satisfecho, hasta temáticas mas serias como la ayuda que podría brindarme en mi situación de crisis en París, y fue con esta última con la que nos retiramos y salimos de su casa y solo cruzando la calle encontramos un establecimiento de la municipalidad destinado a apoyo a gente necesitada donde hay regaderas, lavandería, café y sala de reposo. Todo es gratis aunque en horarios limitados; de 9:00hrs a 12:00 hrs y de 14:00 hrs a 17:00 hrs.
Ya con eso uno de mis grandes problemas estaba resuelto. Tenía donde dormir, ahora tenía donde mantenerme y a mis cosas en óptimo estado pero el gran problema seguía siendo la carencia de dinero y de comida. En mi calidad de turista conseguir un trabajo es algo que se debe considerar casi imposible pues la contratación de alguien que no tiene papeles para laborar puede repercutir en consecuencias graves tanto para el contratante como para el contratado, sin embargo es apremiante en mi caso conseguir algo que hacer para llevarme un pan a la boca.
Agradecido con Bernard por la atención prestada, me dirigí a la embajada de México para averiguar si había algún tipo de atención que proporcionar a mexicanos en apuros. Mi primera opción era el consulado pues son estos los que están destinados a resolver los asuntos de los individuos, ya que las embajadas se ocupan de los asuntos de estado y relaciones internacionales, la cuestión es que en internet encontré que el horario del consulado es de 9:00hrs a 12:00 hrs y para cuando me despedí de Bernard ya había pasado esa hora. Camine un muy largo trecho hasta la embajada que está en el extremo opuesto de París mas allá de la torre Eiffel y solo me encontré con el hecho de que tal como lo había ya imaginado, no podían resolverme de ningún modo, lo más que la secretaria de recepción podía hacer por mi era darme la dirección del consulado, pero como la dirección ya la tenía hasta memorizada, pues mi caminata a la embajada fue meramente cultural y deportiva. Quizá un único punto a favor de este desvío, seria que la secretaria me hizo saber que aunque a las 12:00 hrs cierra el consulado, hay gente trabajando hasta las 18:00 hrs, me pareció aberrante esta afirmación sin embargo esperanzadora pues significaba que aun tenía tiempo de encaminarme con esperanzas de resolver algo en alguna de las oficinas mexicanas hoy mismo.
Pues bueno, chulo servicio prestan nuestras dependencias en el extranjero. Una secretaria malmodienta sin llegar a grosera, pero muy poco acomedida. Pedí información acerca del programa de apoyo y acogida de mexicanos en el extranjero y creí que era una situación que tomaban en serio cuando me pidieron que pasara a una oficina en el tercer piso con el Lic. Martínez, pero des esto nada. El Licenciado cumplió con lo que según él es su deber en ese departamento, me dijo pues que no hay ningún apoyo a Mexicanos en el extranjero… entre una risa y un mal chiste acerca de cómo México funciona igual en todo el mundo. Eso sí, podía hablar a mis familiares para pedirles ayuda si la necesitaba y con mucho gusto me diría donde estaba la sucursal “Western Union” más cercana. Un tanto irritado pero sin perder la afabilidad, le pedí que al menos me dijera que tipo de asociaciones de apoyo a desamparados hay en París y lo que recibí fue una lista impresa de hoteles, departamentos, casas en venta, albergues para grupos (y que por supuesto cobran) y asociaciones que apoyan a mexicanos “que tienen papeles de residencia”. Esa es nuestra querida embajada mexicana y lo que casi se convierte en el sabor patrio del día de hoy, pero no lo fue, lo que le dio sentido al día fueron unas enchiladas verdes de pollo con queso y frijoles que estaban divinas.
Esto se debió a que saliendo del consulado tomé rumbo hacia el restorán de especialidades mexicanas “Anahuacalli”. Hable personalmente con el dueño, Claudio Rodríguez que resulto ser un hombre extraordinariamente amable, aunque así como era amable era mal hablado, que raro era escuchar el “cabrón” aquí y el “cabrón” allá, su acento que me pareció norteño era golpeado pero cálido y el señor Claudio mostro gran interés por mi situación aunque también una cierta pena por no poderme ayudar. Me comento que tras años de trabajo él había logrado levantar ese lugar y que estaba seguro que yo entendería el riesgo que le haría correr si llegara a sufrir una amonestación por irregularidades con los empleados. Me pareció justo ponerme en su situación y comprender que yo también pedía mucho. Me dijo que no podía mandarme a otros establecimientos pues sería lo mismo pero que como consejo podía decirme que le tirara a los restoranes recién abiertos y que corren menos riesgo de inspecciones; “Quizá uno de esos de haga un huequito, Pero ve ¡Plántate en el consulado!, ¡Duérmete ahí afuera! Es obligación de esos cabrones tranzas ayudarte, ya nos roban mucho, que te devuelvan un poco”. Obviamente no me voy a ir a dormir afuera del consulado pero con eso terminamos. Pidió en la cocina que me prepararan algo de comer para llevar y me dio unos centavos para que pueda salir del hambre en los días venideros.
Ese es el calor de patria que da gusto sentir, él cree que no me saco del apuro pero no sabe que los dos días que pase sin comer fueron horribles y que gracias a esas enchiladas ahora estoy de un increíble buen humor aunque no conseguí nada de lo que había buscado hoy en la mañana y si tengo el nombre de ese restorán que acaba de abrir y mañana iré a ver si hay suerte.
Agrego también que en mis caminatas titánicas por París, ilustrada abajo tan solo la de hoy enumerando los lugares a los que fui, he descubierto donde comprar comida muy barata y si me administro bien y como poco, ya tengo dinero suficiente para sobrevivir el resto de mi estancia en París de modo que de conseguir el empleo, puedo usar el ingreso para mi entrada al Louvre, pues no perdono esta visita a Francia sin ver las salas de ese museo al que añoro ir desde que era un niño, quizá me pueda comprar un reloj porque no tengo y sería muy útil, y mi entrada al cine pues quiero ver aquí en Francia la nueva de los Piratas del Caribe.
En fin, hoy no pase hambre, en un sentido relativo porque me está rugiendo la panza de un modo atroz, pero eso es normal y sé que puedo soportar, me animó mucho haber conocido al señor Rodríguez y el panorama pinta más prometedor.
La imagen que está abajo, es una visión satelital de todo París y enmarque mi recorrido de hoy enumerándolo.

1)      1)Mi cuartito en Saint Louis de Ile (Isla de San Luis), amo vivir ahí, es un gran rumbo.
2)     2)  La casa de Bernard cerca de la plaza de La nación a un lado de la glorieta de “La Mariana”.
3)     3)  La Embajada mexicana en París que está cruzando completamente la ciudad.
4)     4) El consulado mexicano en París.
5)      5)El Restorán Anahuacalli (que buenas enchiladas caray).
6)     6)  El centro cultural Pompidou desde donde te escribo hoy (mejor aquí porque es gratis).

Veremos qué sucederá mañana, gracias por leerme y acompañarme una vez más, cuando pienses en algo, ataja un segundo y piensa en mí, hare lo mismo y te tendré en mis oraciones.


Portami Via
 

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